Una vez tratado los motivos, promotores y programa que sirvieron para conformar nuestro pueblo, en el artículo anterior, me ha parecido necesario exponer en qué se inspiraron y donde surgieron las ideas necesarias para proyectar el sitio que habitamos.
Cuando el Instituto Nacional de Colonización (INC) decidió impulsar el desarrollo agrícola del campo español buscó referencias en los ejemplos realizados en otros países en las primeras décadas del siglo veinte. Las experiencias que parecen más presentes son las llevadas a cabo en los territorios palestinos antes de la fundación de Israel, las realizadas en el en Italia, en los años treinta, y, aunque de menor influencia, los barrios de vivienda obreras construidos a partir de los años veinte en el extrarradio de algunas ciudades alemanas.
Una de las primeras formas de asentamiento judía fue la denominada kibbutz. Se trataba de una granja agrícola colectiva establecida en régimen de cooperativa, donde los padres vivían separados de los hijos, los solteros disponían de estancias propias, y las comidas se servían en un comedor común en el que se realizaban reuniones y actividades culturales.
Un modelo más cercano al INC fue el moshav. Se trataba de aldeas en las que la vivienda unifamiliar era la base del sistema social; estaban rodeadas por un jardín en la parte delantera y un huerto o corral con las dependencias agrícolas en la parte trasera.
Después de la Primera Guerra Mundial se produjo en Alemania una masiva emigración del campo a la ciudad que provocó una importante demanda de la vivienda obrera. Para atender esta demanda, se generaron barrios aislados en la periferia, donde se priorizó más por la vivienda, que por el trazado de las calle, mediante criterios higienistas basados en propiciar orientaciones más adecuadas para la salud de sus habitantes, disponiendo bloques de viviendas paralelos entre sí, orientados de norte a sur para situar a levante los dormitorios y a poniente el comedor-estar. Aunque la colonización franquista se realizó en medio rural y las Siedlunguen (asentamientos) alemanas estaban insertadas en la urbe, existen muchas influencias de éstas en el desarrollo urbanístico de los pueblos de colonización.
En Italia se creó en 1917, la Opera nazionale combattenti (ONC), destinada a buscar la ocupación a los excombatientes que regresaban de la Primera Guerra mundial. Al mismo tiempo se revisó la política agraria que, a partir de 1923, propiciará además del reparto de tierras rústicas, el saneamiento hidráulico de las mismas. La población prevista en esta actuación italiana en los años 30 fue de 3000 a 5000 habitantes por pueblo, por lo tanto mayores, que los proyectados por el INC en España en la siguiente década, pero similares por cuanto aprovechaban como propaganda de los respectivos regímenes dictatoriales. Si en los poblados españoles se destacaba la Iglesia con su torre, en los asentamientos italianos sobresale el centro cívico o la Casa del Fascio.
También se observan similitudes como en los trazados urbanísticos, o la posición privilegiada de los edificios representativos, sobre todo la iglesia y el ayuntamiento,situados ante un amplio espacio público.
Aunque en nuestros pueblos de colonización hay influencias de los asentamientos palestinos y las viviendas alemanas, las principales referencias de los arquitectos del INC son, sin lugar a dudas los poblados italianos, hecho tal vez propiciado por la coincidencia de los regímenes políticos del momento y por el conocimiento que tuvo entonces España de esas realizaciones. Hay que considerar, no obstante, que estaban pensadas como pequeñas ciudades próximas a Roma, mientras que la colonización española tiene un marcado carácter rural para incentivar la economía agraria de la posguerra.
Además de la experiencia internacional comentada, sirvieron de referencia para construir los pueblos de colonización, los denominados pueblos adoptados, surgidos como consecuencia de la destrucción completa de algunos núcleos rurales a causa de la Guerra Civil. En estas actuaciones promovidas por la Dirección General de Regiones Devastadas, se aprecian algunos elementos que aparecen posteriormente en los pueblos de colonización, como la ordenación urbanística alrededor de dos plazas, una con el centro parroquial, y otra con el ayuntamiento, y el hecho de situar edificios públicos en el fondo de perspectiva de calles,
como ocurre en el caso de la torre de la iglesia en la calle mayor.
José Antonio Ramos,
arquitecto
artículo extraído de la publicación trimestral ACM Guadiana